El descubrimiento en una mina de oro, a casi tres kilómetros de profundidad, de una nueva bacteria ha conseguido abrir una nueva puerta a la investigación astrobiológica.
El hallazgo supone la primera prueba de un ecosistema formado por una única especie biológica. La bacteria Desulforudis audaxviator, encontrada en una nueva galería de la mina de oro de Mponeng, cercana a Johanesburgo (Sudáfrica), en condiciones de total oscuridad y a más de 60 grados centígrados de temperatura, vive de forma totalmente aislada de otras formas de vida.
Consigue sobrevivir en un hábitat semejante gracias a la energía que extrae, no del Sok sino del hidrógeno y del sulfato producidos por la descomposición radiactiva del uranio presente en la mina. Además, como vive aislada de otras formas de vida, obtiene sus moléculas orgánicas de la humedad presente en la tierra, del carbono inorgánico de las rocas y del nitrógeno qué proviene del amonio que rodea los minerales.
Los científicos creen que Desulforudis audaxviator representa al tipo de organismo que podría sobrevivir bajo la superficie de Marte o en una de las lunas de Saturno, Enceladus.
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