Un átomo de Plata (Ag) será un átomo de plata con 47 electrones e igual cantidad de neutrones y protones por miles de millones de años. Hubo un tiempo en el que lo científicos pensaron que eso mismo aplica para todos los elementos de la naturaleza. Ahora sabemos que es un poco más complicado. Lo cierto es que buena parte de los elementos tiene varias formas, algunas más estables y abundantes que otras. Por ejemplo, la plata tiene “versiones” de 60 neutrones y otras de 62, ambas consideradas estables. Esas diferentes maneras de ser de los átomos son conocidas como
isótopos. Y entre los isótopos, los hay que son radioactivos.
Pongamos un ejemplo más simple para entender la radiación nuclear. El Hidrógeno (H) tiene tres isótopos:
- Un electrón (carga negativa) y un protón (carga positiva). Muy estable y lo encontramos en el agua que bebemos.
- Un electrón, un neutrón y un protón. También llamado deuterio, es muy raro en la naturaleza, aunque estable.
- Un electrón, dos neutrones y un protón. Le llaman tritium, es aún más raro que el deuterio y es radioactivo. Basta reunir un puñado de átomos de tritium para observar que pronto se mezclarán para convertirse en átomos de Helio con dos protones y un neutrón.
Ese proceso de transformación, de pérdida de partículas e “identidad” es lo que técnicamente se llama
decaimiento radioactivo cuyo efecto es la
radioactividad. Como han podido ver, no todos los isótopos de un elemento son radioactivos. Los hay que sí, como el Uranio (U), que también es el elemento natural más pesado en poseer esa característica. El decaímiento radioactivo genera energía que en algunos casos es alta y muy inestable.
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