Efectos sobre el hombre:
Según la intensidad de la radiación y su localización (no es lo mismo una exposición a cuerpo entero que una sola zona), el enfermo puede llegar a morir en el plazo de unas horas a varias semanas. Y en cualquier caso, si no sobreviene el fallecimiento en los meses siguientes, el paciente logra recuperarse, sus expectativas de vida habrán quedado sensiblemente reducidas.
Los efectos nocivos de la radioactividad son acumulativos. Esto significa que se van sumando hasta que una exposición mínima continua se convierte en peligrosa después de cierto tiempo. Exposiciones a cantidades no muy altas de radioactividad por tiempo prolongado pueden resultar en efectos nefastos y fatales para el ser humano. La siguiente lista describe la condiciones que se pueden expresar cuando uno es víctima de enfermedad por radiación: náuseas, vómitos, convulsiones, delirios, dolores de cabeza, diarrea, perdida de pelo, perdida de dentadura, reducción de los glóbulos rojo en la sangre, reducción de glóbulos blancos en la sangre, daño al conducto gastroinstestinal, pérdida de la mucosa de los intestinos, hemorragias, esterilidad, infecciones bacterianas, cáncer, leucemia,
cataratas, daños genéticos, mutaciones genéticas, niños anormales, daño cerebral, daños al sistema nervioso, cambio de color de pelo a gris...
Efectos sobre los animales: Los líquenes son muy vulnerables a la contaminación radiactiva. De ahí que muchos renos de Laponia, que se alimentan de unos líquenes llamados musgos de reno, hubieran de ser sacrificados tras el accidente de Chernobil.
Si los animales han sido irradiados, a los pocos días o semanas presentarán diarreas, irritabilidad, pérdida de apetito y apatía, pudiendo quedar estériles para más o menos tiempo según su grado de exposición. Si es así los órganos internos estarán contaminados y algunos elementos radiactivos (como el estroncio) se habrán introducido en los huesos, donde permanecerán durante toda la vida mermando las defensas del organismo y haciéndole presa fácil para las enfermedades. Por eso, si se han de consumir animales habrán de evitarse tanto los huesos como sus órganos. La única solución para eliminar la radiactividad es el tiempo y los cuidados, además de no seguir expuesto a productos radioactivos.
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