Existen tres clases de músculos muy diferentes por su función:
- Los músculos lisos recubren los órganos huecos del cuerpo, como todo el tubo digestivo y los vasos sanguíneos. Realizan su función independientemente de nuestra voluntad, por lo que también se llaman involuntarios. Sus movimientos son lentos y contribuyen al funcionamiento de los órganos internos; por ejemplo, permiten el tránsito de los alimentos por el tubo digestivo.
- Los músculos esqueléticos son los que están unidos a los huesos. Sus movimientos son rápidos y voluntarios. Son, junto al sistema esquelético, los que forman parte del aparato locomotor, y los que realizan el movimiento del esqueleto.
- Los músculos cardíacos forman parte del corazón (miocardio). Su contracción es rápida e involuntaria.
El sistema muscular es responsable de:
- Locomoción: efectuar el desplazamiento de la sangre y el movimiento de las extremidades.
- Actividad motora de los órganos internos: el sistema muscular es el encargado de hacer que todos nuestros órganos desempeñen sus funciones, ayudando a otros sistemas como por ejemplo al sistema cardiovascular.
- Información del estado fisiológico: por ejemplo, un cólico renal provoca contracciones fuertes del músculo liso generando un fuerte dolor, signo del propio cólico.
- Mímica: el conjunto de las acciones faciales, también conocidas como gestos, que sirven para expresar lo que sentimos y percibimos.
- Estabilidad: los músculos conjuntamente con los huesos permiten al cuerpo mantenerse estable, mientras permanece en estado de actividad.
- Postura: el control de las posiciones que realiza el cuerpo en estado de reposo.
- Producción de calor: al producir contracciones musculares se origina energía calórica.
- Forma: los músculos y tendones dan el aspecto típico del cuerpo.
- Protección: el sistema muscular sirve como protección para el buen funcionamiento del sistema digestivo como para los órganos vitales.
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