En África, las mangotas encuentran alimento en el facóquero.
Las mangostas se acercan en grupo al facóquero. Se frotan contra él hasta que se tumba. Entonces recorren su lomo, sus flancos y su hocico en busca de piojos, garrapatas y resto de piel muerta. Estos carnívoros consiguen así una comida gratuita.
El facóquero, que es un animal agresivo, se queda quieto mientras las mangostas trabajan. Así consigue deshacerse de los parásitos.
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